2 Kates es un doble retrato de dos personajes que comparten un nombre y una ciudad del norte de Europa. Dos mujeres que representan dos realidades muy diferentes.
Una Kate es una nigeriana llegada a Europa, el paraiso soñado para muchos subsaharianos. Ella se fotografía con los iconos de nuestro tiempo, las modelos famosas de las marcas de moda que aparecen en los luminosos de las marquesinas de los autobuses por toda la ciudad. Sus referentes no son monumentos históricos o lugares emblemáticos, sino personas que representan un ideal sociocultural, el éxito o el llamado progreso.
La otra Kate, la modelo del luminoso, es un producto de la sociedad de consumo, y representa los ideales de belleza y triunfalismo del mundo moderno.
La Kate africana también lo es, pero de otro modo: de un mundo que comercia con personas. La segunda Kate es un personaje popular con nombre y rostro conocidos, la primera Kate es anónima, como tantas otras que comparten su situación. La segunda Kate es de raza blanca, europea y modelo de profesión, la primera es africana, menor de edad, residente ilegal en Europa, prostituta de profesión en un barrio donde, a modo de escaparate-celda se exhibe y que, con su salario, ni siquiera alcanza a pagar su deuda con la mafia que la trajo a Europa.
2 Kates parte de la reflexión sobre el papel de dos mujeres radicalmente diferentes que paradojicamente comparten algo en común: la mujer como objeto de la sociedad de consumo, a distintos niveles.