Esta pieza está realizada para el proyecto #Lo imposible. Lo inalcanzable, sobre autismo y arte, en el que un grupo de artistas trabajamos con personas con el trastorno del espectro del autismo.
El escenario, la iglesia de la Magdalena de Córdoba fue determinante, por su peso estético e histórico, como suele ocurrir en Córdoba con casi todo.
Aprovecho la espiral de la escalera de caracol que lleva al campanario para realizar un viaje al interior de la cabeza de Fran, un niño de 8 años con autismo que vibra viendo los partidos de basket. Nos introducimos de manera ficticia por la cóclea del oído interno con forma de espiral, igual que la escalera, y penetro en su mente y en su mundo interior. Allí está sucediendo algo, la fiesta de los sentidos amplificados. El sonido de un partido de basket y las emociones multicolores que Fran siente. Al adentrarnos en la escalera se hace posible el deseo de su madre quien me dice suspirando, «si pudiera entrar en su cabeza aunque fuera solo por 5 minutos».